sábado, 13 de agosto de 2011
¡Rebaño heroico!
MORELIA.— El “Chivas, Chivas” se escuchó en la tribuna del estadio Morelos con un tono orgásmico. Fue la noche de una hazaña invicta, heroica del Guadalajara que lo despierta como líder general del Apertura 2011.
A Antonio Gallardo se le notó el éxtasis que contagió a la tribuna cuando anotó el gol para que el Rebaño Sagrado derrotara al Morelia 2-1 en calidad de visitante y de víctima.
Nueve guerreros rojiblancos fueron suficientes para marcar una de las historias que engrandecen aún más a un club acostumbrado a esas gestas.
Una jugada de Jesús Sánchez, de pundonor y orgullo, que terminó en un centro para que Gallardo empujara (79’) ante la desesperación de Federico Vilar, la incredulidad local y la fiesta de los visitantes.
El Guadalajara llegó con el triunfo a 10 puntos y todavía un juego pendiente en la cima de la tabla general.
El guión parecía ser digno de una tragedia para el chiverío. Dos expulsiones, la de Jonny Magallón, justa; la de Patricio Araujo quizá rigorista, dejaron mermado y casi inerme a unos tapatíos ávidos de confirmarse como un candidato al título del futbol mexicano.
José Luis Real prefirió el empate a uno, tras ver a su equipo en inferioridad numérica. Sacó del campo a sus tres delanteros, para proteger ese punto de oro molido dadas las circunstancias adversas.
Sin Marco Fabián, Omar Arellano y Alberto Medina, el Rebaño quedó sin filo al ataque, aunque con el corazón intacto.
Chivas había merecido el sufrimiento al que se vio sometido.
Llevó al paredón a la monarquía cinco ocasiones en el inicio. Hicieron en el primer tiempo una fusilata sobre la portería de Federico Vilar, pero siempre con clemencia.
Sin embargo, Yasser Corona arregló la mala puntería rojiblanca. El defensor de los michoacanos hizo el autogol que mandó adelante al Rebaño (50’).
Luego vino el empate de Miguel Sabah, tras gran jugada colectiva de Morelia (53’). Momentos más tarde, las tarjetas rojas para dos soldados tapatíos aparecieron.
Aún así, el Guadalajara se las arregló para ganar. Más de 30 minutos en inferioridad numérica fueron insuficientes para perder el invicto en el Morelos.
La victoria chiva vino de los soldados que defenderían la igualada para mayor paradoja. Ingresaron al campo Mario de Luna, Javier Ledesma... y Antonio Gallardo, el héroe.
La estirpe sagrada del equipo más ganador en la historia del futbol mexicano se regodeó al pie del Cerro del Quinceo con el tanto del novel mediocampista.
A las juveniles Chivas de anoche las cubrió el manto de una historia que es gloriosa. Esos nueve chavos tuvieron los arrestos que caracterizaron a sus antepasados de once campeonatos para sacar los tres puntos del estadio Morelos y rescatar la racha sin perder.
Nadie podía creerlo. Los disminuidos rojiblancos alzaron los brazos, cuando llegó el silbatazo final de Juan Genaro Medrano y corrieron para abrazarse, mientras en la grada se agitaban las playeras rojiblancas.
El embate del Morelia quedó frustrado y con sus creativos confundidos.
El “Chivas, Chivas” de tono orgásmico de la nación del Rebaño Sagrado, confirmó que lo de anoche no se olvidará jamás, porque fue una hazaña de éxtasis, de equipo invicto.
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